A 105km OULU
Compuesto de varias islas, unidas por puentes.
Aparcamos en un sitio perfecto: en la ISLA RAATINSARI, con el
estadio, el acuario, parques… A 300m del centro cruzando dos puentes. gratuito.
Pasamos por el moderno teatro y la biblioteca,
En el keskusta (centro) primero fuimos a la PLAZA DEL MERCADO, con al MERCADO CUBIERTO: KAUPPATORI.
Comimos muy bien en uno de los puestos. Buen y variado buffet 12€
Ensaladas (de col, de patata, de arroz…), pasta, patatas finlandesas, pollo tandori, bistec salsa, carne picada aderezada. Pasteles y té.
A orillas del mar, la ISLITA KIKELLI, con su parque, playa, y unos originales cerditos de madera.
Cruzamos el puente a la ISLA PIKISAARI, con solo una calle central que la atravesaba, flanqueada de bonitas casas de madera
En el paralelo camino a orillas del mar, bonitos embarcaderos para bañarse, curiosa decoración, como la divertida figura de Einstein en el museo de ciencias.
A 2km la PLAYA NALLIKARI, en una isla con parques, hoteles, restaurantes, golf…
Como guinda a la visita a Oulu pusimos ¡LA SAUNA FLOTANTE! Ubicada al noreste del centro, en medio del gélido mar
Frente una playita con un ambiente muy acogedor. Casetas-cambiadores de madera, juegos, vóley-playa.
De esta sauna se encargaba una señora tipo matrona, encantadora, y un hombre cuyo cometido era estirar la cuerda de la balsa sobre la que te habías de montar para acceder, y de cortar la leña, en tacos
PORQUE ERA UNA SAUNA DE LEÑA. Esta la iba metiendo en la estufa de hierro que había en el centro.
Se había de aguardar turno en las bancadas sitas en la orilla. Allí había gentes de toda edad, familias con sus niños, amigos…
Cuando un grupo quería ya salir, el balsero los acercaba y volvía con los que les tocara (el turno se cumplía educadísimamente)
Para manejar esa balsa se valía de una cuerda, a estirones.
Se pagaba a la señora. 8€. Solo con visa.
Se distribuía así: Vestidos femenino-“recepción”-sauna-vestidos masculino-terraza
La señora nos dio una pulsera con llave y pasabas a los rudimentarios vestidores, de hombres y de mujeres. Alli había cajas de seguridad (unos cajones con candado)
De aquí a la sauna.
Si accedes cuando recién se ha puesto leña nueva el calor era sofocante (lo que les gusta a ellos) Para acentuarlo echaban agua sobre las paredes de la estufa.
Poco a poco te habitúas, hasta hacerse muy agradable. ¡Y hasta eres tú quien llega a pedir más calor cuando se templaba!
Se alternaba con baños en el mar, ¡a 18ºC! A lo cual también te vas adaptando
Aquello fue ir pasando de ser pollo al ast a merluza congelada. Y viceversa.
Finalmente fue una experiencia de lo más placentera. ¡Quedamos nuevos!
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